Montaña sagrada de cántabros y romanos se eleva hasta
1.290 metros sobre el valle de Iguña. A sus pies se encuentra Bárcena de Pie de
Concha, Cantabria. Esta población cuenta con 284 metros de altitud, y es la
base de la prueba con un kilómetro de desnivel positivo hasta su cumbre. La
primera edición se celebró en 2011.
El Pico Jano es un emblema del Valle de Iguña, de las gentes, de los ganaderos,
en definitiva de todos. En la cumbre existe una caseta, una antena, varios
buzones, una cruz y un mojón del IGN.
El Pico Jano (1.290 metros) se sitúa en el extremo Sur de la comarca del Besaya
(Cantabria), sobre las Hoces de Bárcena, por las que se encajonan el río, la
carretera nacional y el ferrocarril, principales vías de comunicación entre
Cantabria y la Meseta.No hay duda de quién nos vigila si dirigimos nuestra al
sur del Valle de Iguña.
Es quien impone una silueta triangular, con altura suficiente y paredes
más que abruptas para ser considerado como un ser protector, y a la vez sagrado
por nuestros antecesores. Fue antaño venerado por los primeros pobladores y más
tarde por los hijos de Roma.
Ya en la época actual y a
los pies del Pico Jano, la mano del hombre modeló las brañas para convertirlas
en reservas de agua para consumo y en generación de energía, que siempre ha
estado gestionada por la compañía Viesgo.
El Pico Jano es un emblema del Valle de Iguña, de las gentes, de los ganaderos, en definitiva de todos. En la cumbre existe una caseta, una antena, varios buzones, una cruz y un mojón del IGN.
El Pico Jano (1.290 metros) se sitúa en el extremo Sur de la comarca del Besaya (Cantabria), sobre las Hoces de Bárcena, por las que se encajonan el río, la carretera nacional y el ferrocarril, principales vías de comunicación entre Cantabria y la Meseta.No hay duda de quién nos vigila si dirigimos nuestra al sur del Valle de Iguña.
Es quien impone una silueta triangular, con altura suficiente y paredes más que abruptas para ser considerado como un ser protector, y a la vez sagrado por nuestros antecesores. Fue antaño venerado por los primeros pobladores y más tarde por los hijos de Roma.
Ya en la época actual y a los pies del Pico Jano, la mano del hombre modeló las brañas para convertirlas en reservas de agua para consumo y en generación de energía, que siempre ha estado gestionada por la compañía Viesgo.